Con cinco años, Heidi comienza a vivir con su abuelo en una cabaña en mitad de los Alpes. Allí Heidi crece feliz en la naturaleza, junto a su amigo Pedro el cabrero.
Pero un día, su tía la aleja de las montañas, llevándola a vivir a una gran mansión en Francfort para que haga compañía a Clara, una niña en silla de ruedas que apenas sale a la calle.
Con sus inocentes travesuras Heidi llena la casa de alegría, y se hace muy amiga de Clara, pero realmente Heidi siente una enorme pena en su corazón, por no poder estar en sus queridas montañas al lado de su abuelito.